Objetivos de la Lección 8

  • Entender el diseño de Dios para el avance de una iglesia es esparcir y no amontonar.
  • Aprender los beneficios de la dispersión para crecer en nuestros ministerios y ser eficaces en el Reino de Dios.

Textos Centrales: 
Hechos 8:1-8 Saulo estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban, y ese día se desató una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén, y muchos se dispersaron por las tierras de Judea y de Samaria, menos los apóstoles. 2 Y mientras que unos hombres piadosos levantaron a Esteban y lo enterraron y lloraron mucho por él, 3 Saulo hacía destrozos en la iglesia: entraba a las casas, y arrastraba a hombres y mujeres y los llevaba a la cárcel. 4 Mientras tanto, los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando el evangelio. 5 Fue así como Felipe llegó a la ciudad de Samaria, y allí les predicaba a Cristo. 6 Toda la gente escuchaba con atención lo que les decía Felipe, y oían y veían los milagros que hacía. 7 Muchos de los que tenían espíritus malignos eran sanados, y los espíritus salían de ellos lanzando fuertes gritos; también muchos de los cojos y paralíticos quedaban sanos, 8 y había una gran alegría en toda la ciudad. 

Hechos 1:8 Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»

Introducción
Ya que hemos establecido la importancia de una comunidad que despliega la gloria del Dios Trino—Padre, Hijo y Espiritu Santo por medio de la edificación el uno del otro, podemos ver otro aspecto de la misión divina en nuestras vidas: esparcirnos para el avance y crecimiento del Reino de Dios.

Llamados a Llenar la Tierra
En las historias de la Biblia aprendimos que Dios quiere llenar la tierra de su gloria. Nos ha revelado que es por medio de su iglesia que lo logrará antes del fin. Dios mandó a Adán y Eva a llenar la tierra. Dijo a Abraham que su descendencia también llenaría la tierra. Nosotros somos la descendencia de Abraham, cargados con la mismisima promesa. 

Mira lo que Jesús dijo a sus discipulos justo antes de ascender al cielo:  “serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8) Jesús nos dijo en Mateo 28:19-20 que vamos a hacer discípulos a todas las naciones.

Los Discípulos Se Quedaron en Jerusalén Primero
Luego de haber recibido al Espiritu Santo en Hechos 2, el pueblo de Dios hubiera ido a los confines de la tierra predicando. Pero en el capítulo 8 de Hechos, los encontramos todavía en Jerusalén. Su ciudad base estaba llenándose de Cristianos, pero ¿que de lo último de la tierra que prometió Jesús?

Verso 1 del texto hoy nos dice que se desató una gran persecución contra la iglesia en Jerusalén y muchos se dispersaron por las tierras de Judea y de Samaria. El plan no fue llenar una ciudad solamente, pero llenar la tierra. Tuvo que sacudir a su pueblo con la persecución para que salieran de Jerusalén a brillar como pueblo en todas partes. 

Los Discipulos Se Dispersaron
En huirse de la persecución, los discípulos cumplían con la gran comisión. Verso 4 dice que los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando el evangelio. 

Felipe, un diácono, fue uno de los que salió de Jerusalén. Allí servía las mesas, pero cuando salió de Jerusalén, empezó a predicar el evangelio, echar fuera demonios, sanar a los enfermos y levantar una iglesia en Samaria. 

Debemos Ser un Pueblo Esparcido
En el principio de la vida de un grupo familiar, es emocionante. Nuevas cosas suceden casi cada semana. Pero con el paso del tiempo, nos acomodamos y no ejercemos alto niveles de autoridad y fe. La vida de un grupo puede volverse una rutina. Por eso, todo el grupo tiene que acudir a la voz de Jesús a llenar la tierra con el evangelio. 

No podemos estar quietos, tranquilos en nuestra reunión cuando Judea, Samaria y el resto del mundo necesita experimentar el poder del Reino de Dios. Cuando empiezas a pensar como un pueblo esparcido, no te aferrarás a tu grupo, mas bien te aferrarás a la misión de Dios de llenar la tierra. 

Es importante que en los grupos tengamos una visión de plantar nuevos grupos en la ciudad. 

Cada Quien Es Desafiado
Felipe era un diácono en Jerusalén, y se convirtió en un evangelista poderoso cuando dispersó la gente. ¿Que sucedería contigo, que haría Dios en tu vida y vecindario si te fueras a plantar otro grupo? 

Dios nos hizo con una capacidad específica cada quien para relacionarnos con los demás. Tu puedes conectar bien con unos 5-10 personas, y topas. Ya nuevas personas no pueden entrar al grupo y sentirse conectadas. Pero cuando el grupo tiene la visión de Dios para el Reino de Dios, cada quien es liberado para acudir al llamado de Dios de llenar la tierra con su gloria. 

Como grupo, analizan. ¿Están cómodos en Jerusalén cuando deben estar esparciéndose por todos lados?

¿Cuantos de ustedes están dispuestos a soltar a su líder para que fuera a abrir un grupo nuevo?

¿Cuantos de ustedes están dispuestos a soltar la comodidad de tu grupo para ayudar plantar otro grupo?

El Resultado es la Salvación de Otros
Mira que sucedió con Felipe. Cuando él salió de Jerusalén, Dios lo usó poderosamente. Muchas personas fueron salvas por la predicación del Evangelio. El Reino de Dios se extendió con gran poder. 

Si se hubiera quedado en Jerusalén, hubiera perdido la cosecha que Dios le tenía preparada. ¿Será que hay cosecha echándose a perder porque no esparcimos? 

La salvación de muchos en esta ciudad, de toda cultura y lengua ha sido puesto en la boca de nosotros el pueblo de Dios. Claro que Dios escoge a los que han de ser salvos. Pero tambien escogió como ellos escucharán. 

Pablo dijo a los Romanos, “Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? “ (Romanos 10)

Felipe Mantuvo Su Conexión con los Apóstoles
Luego, Felipe llamó por los apóstoles para que vinieran a ver la obra en Samaria. Bajaron Pedro y Juan para orar por los nuevos creyentes y asi recibir el Espiritu Santo. 

Nosotros no servimos en los grupos con poder y autoridad sin una conexión y sujeción al liderazgo de la iglesia, Felipe había visto grandes cosas, pero todavía reconoció la importancia del ministerio de Pedro y Juan en consolidar y establecer a los nuevos cristianos en Samaria. 

Debemos apreciar siempre la conexión que tenemos con la iglesia. No operamos solitos. Tenemos un pastor, tenemos líderes, tenemos siervos profetas y apóstoles que nos ayudan. Los debemos buscar y seguir con el corazón. Los debemos echar la mano en lo que podemos. 

Discusión

  1. ¿Cómo podrías servir diferente a Dios si abrieran otro grupo familiar?
  2. ¿Cuantas mas personas crees podrían ser salvas si abrieran otro grupo? 
  3. Proponen una meta para establecer otro grupo familiar en esta sección de la ciudad. ¿Quien quiere abrir otro? ¿Quien quiere abrir su casa?